Al final se fue con otro. Porqué no fluía entre nosotros ya. Porqué no era suficiente. O era mucho. Pero sobre todo porque nunca me pidió nada y yo sí le quería dar mi aprecio.
Da igual. Quedé en las mismas; conmigo.
Pues entonces vas bien. Y es qué en medio del silencio, la soledad, llega esa chispa qué prende tu fuego interior; allí se muestra qué lo único qué deberías de amar es tu presencia en esta vida. Es todo lo qué necesitas. La gente va y viene. Es parte de cómo funciona el ahora.